Indinavir e Methadone Hydrochloride

• Nombre genérico: indinavir
• Formas de dosificación: no
• Otras marcas comerciales: Crixivan

Indinavir es un medicamento antiviral que previene el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se multipliquen en su cuerpo.

Indinavir se utiliza para tratar el VIH, el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Indinavir no es una cura para el VIH o el SIDA.

Indinavir puede también usarse para fines no mencionados en esta guía del medicamento.

• Nombre genérico: methadone
• Formas de dosificación: no
• Otras marcas comerciales: Dolophine, Methadose, Methadose Sugar-Free, Diskets

Se utiliza por vía parenteral para el alivio del dolor moderado a severo que no ha respondido a nonopiate analgésicos.

Usa por vía oral para el alivio del dolor moderado a severo cuando un continuo, alrededor del reloj de analgésico es necesario durante un período prolongado de tiempo. Los preparados orales no están indicados para el alivio de agudos (p. ej., postoperatorio) el dolor, para el alivio del dolor es leve o no se espera que persisten durante un período prolongado de tiempo, o para su uso como sea necesario ("prn") base.

Para el alivio del dolor crónico en tanto opiáceos ingenua de los pacientes y en los individuos que se cambia a la terapia con metadona de otros agonistas opiáceos debido a la falta de alivio del dolor o los efectos adversos de las drogas (opiáceos rotación).

Los estudios clínicos sugieren que la eficacia puede ser similar a la de la morfina y otros opiáceos en pacientes con enfermedad maligna dolor. Sin embargo, los expertos generalmente están de acuerdo en que la metadona debe ser recetado para el tratamiento del dolor crónico sólo por médicos bien informados acerca de sus riesgos (por ejemplo, QT-prolongación del intervalo) y la farmacocinética, y no debe ser la primera opción para la liberación extendida o de larga acción de los opiáceos analgésicos.

Los beneficios asociados con el uso de la metadona para el manejo del dolor crónico incluyen la disponibilidad comercial de las múltiples formas de dosificación de la droga, una buena biodisponibilidad oral, rápido inicio de acción, reducción de la frecuencia de dosificación (a causa de la droga de la larga vida media), de bajo costo, y la falta de metabolitos activos.

Desventajas asociadas con el uso incluyen el aumento de potencial de acumulación con dosis repetidas (lo cual puede resultar en toxicidad), una considerable variabilidad interindividual en los parámetros farmacocinéticos, el potencial de interacciones medicamentosas, los desafíos asociados con la dosificación de la titulación y con el traslado de pacientes de terapia con otros agonistas opiáceos, y la disponibilidad comercial y la relativa facilidad de uso extendido de preparaciones de liberación de otros agonistas opiáceos.

Generalmente el uso de opiáceos para el manejo del dolor crónico (es decir, dolor de duración >3 meses o más allá del tiempo normal de cicatrización de los tejidos ) que no está asociado con el tratamiento del cáncer, cuidados paliativos, o al final de la vida sólo si adecuado no farmacológicas y nonopiate estrategias farmacológicas han sido ineficaces y los beneficios esperados tanto para el alivio del dolor y la mejoría funcional se prevé superar los riesgos.

Si se utiliza para el dolor crónico de opiáceos analgésicos debe ser parte de un enfoque integrado que incluye también apropiado modalidades no farmacológicas (p. ej., terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación, el biofeedback, la restauración funcional, terapia de ejercicio, ciertos procedimientos de intervención) y otro tipo de terapias farmacológicas (p. ej., nonopiate analgésicos, analgésico adjuntos, tales como seleccionado anticonvulsivos y antidepresivos para ciertos casos de dolor neuropático condiciones).

La evidencia disponible insuficiente para determinar si a largo plazo de la terapia con opiáceos para dolor crónico resultados en el alivio del dolor o mejoras en la función y la calidad de vida o es superior a la de otros farmacológicas o no farmacológicas de los tratamientos. Está asociado con riesgos graves (por ejemplo, el consumo de opiáceos trastorno, sobredosis). (Consulte Administración de Opiáceos de la Terapia para el Dolor Crónico No oncológico en virtud de la Dosis y Administración).

Se utiliza en tratamiento de desintoxicación y tratamiento de mantenimiento como un sustituto oral para la heroína u otros parecidos a la morfina medicamentos para suprimir el opiáceo agonista de síndrome de abstinencia en pacientes que dependen de estos medicamentos.

El éxito del tratamiento depende de la selección de la adecuada motivación de los pacientes y la disponibilidad de social, psicológica, vocacional, educativa y médica, así como servicios de apoyo.

Se ha utilizado para gestionar las manifestaciones de opiáceos síndrome de abstinencia (es decir, postnatal retiro) en los recién nacidos expuestos a los opiáceos en el útero.

Los opiáceos se recomienda como primera línea de tratamiento farmacológico cuando ambiental y las medidas de apoyo (por ejemplo, la minimización de los estímulos externos, la maximización de la madre-bebé en contacto con [por ejemplo, de los padres "alojamiento conjunto"], la lactancia materna cuando no está contraindicado, pañales y un manejo suave) son inadecuados. Puede añadir otra terapia adyuvante (por ejemplo, la clonidina, fenobarbital) si la respuesta a los opiáceos es inadecuada o agregar fenobarbital si el recién nacido fue expuesto a sustancias adicionales en el útero.

Mientras que la morfina ha sido utilizado más ampliamente que otros opiáceos en el manejo de los recién nacidos de opiáceos síndrome de abstinencia, algunos estudios sugieren que la metadona o la buprenorfina puede estar asociada con una menor duración del tratamiento y la estancia en el hospital. Estudio adicional necesaria para establecer la dosis óptima de horarios y la preferida de los fármacos opiáceos y para evaluar a largo plazo (por ejemplo, el desarrollo neurológico) los resultados.

El uso de protocolos estandarizados para la identificación, la evaluación y el tratamiento recomendado; el uso de protocolos de mejora global de la respuesta, incluyendo la duración de la hospitalización y la duración de los tratamientos farmacológicos. Alguna evidencia sugiere que el uso de un protocolo estandarizado puede ser más importante que el uso de un determinado opiáceos agonistas (por ejemplo, la metadona versus morfina) en la mejora de los resultados.